La violencia financiera o bancaria

En España, la violencia financiera es una forma de maltrato que ha ganado visibilidad en los últimos años, especialmente tras la crisis de 2008, cuando miles de personas quedaron atrapadas en deudas con condiciones abusivas por parte de entidades bancarias.

La violencia financiera se manifiesta de muchas maneras, desde tarjetas revolving con intereses desorbitados hasta préstamos abusivos y desahucios, con consecuencias devastadoras para las víctimas.

Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia va más allá de la agresión física, incluyendo la coacción económica, que es utilizada por bancos y otras entidades para ejercer control y abuso sobre personas vulnerables.

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“Las personas piensan que están solas, se avergüenzan de haber “fallado” a sus seres queridos. Cuando reamente desconocen que no han hecho nada malo, sencillamente son víctimas de quienes sabiendo  el daño que crean, le vendieron un préstamo usurero, una tarjeta imposible de pagar, un… Producto financiero creado para esclavizar y arruinar a cientos de familias.

Cuando las familias son ahogadas en intereses que no dejan de crecer y se retrasan en una cuota, empiezan las llamadas amenazantes, las injurias, las faltas al honor de las personas, llamadaas de personas desalmadas que coaccionan y humillan a las víctimas que desconocen sus derechos.

Desde el Observatorio contra la Violencia – Igual Dignidad, te asesoramos gratuitamente y te indicamos que vías tienes para que nadie atente contra tu Dignidad.

La violencia financiera y los bancos

Uno de los elementos más notorios de la violencia financiera son los productos financieros abusivos, especialmente las tarjetas revolving y los préstamos con cláusulas abusivas. Las tarjetas revolving, por ejemplo, ofrecen la posibilidad de financiar compras a plazos, pero los altos intereses hacen que los usuarios queden atrapados en un ciclo interminable de deuda. En 2020, el Tribunal Supremo de España consideró usurarios los intereses superiores al 20% aplicados en estos productos, provocando un aluvión de demandas contra bancos como WiZink y Cofidis.

Además, los préstamos con cláusulas suelo y otras condiciones abusivas siguen siendo un problema recurrente. Estas cláusulas impiden que los hipotecados se beneficien de la bajada de tipos de interés, lo que ha llevado a miles de reclamaciones judiciales contra las entidades financieras. Entre 2013 y 2022, los tribunales han emitido más de 40,000 sentencias favorables a los consumidores afectados por estas prácticas.

Estadísticas sobre denuncias y sentencias en violencia bancaria

En 2022, según el informe del Banco de España sobre reclamaciones de clientes, el número de denuncias relacionadas con malas prácticas financieras se incrementó notablemente. En total, se recibieron más de 19,000 reclamaciones, un aumento del 30% en comparación con años anteriores. De estas, cerca del 70% tuvieron un fallo favorable a los consumidores, demostrando que la violencia financiera es una realidad palpable y reconocida por los tribunales españoles.

Entre los productos financieros que más reclamaciones generan están las hipotecas con cláusulas abusivas, las comisiones bancarias indebidas y las ya mencionadas tarjetas revolving. Sin embargo, a pesar del aumento en las denuncias, existe una gran cantidad de personas que aún no reclaman sus derechos, ya sea por desconocimiento o por falta de recursos legales para enfrentarse a las grandes entidades financieras.

La coerción económica: un problema invisibilizado

Uno de los aspectos más preocupantes de la violencia financiera es la coerción económica. Esta se refiere al control que ejerce una persona o entidad sobre los recursos financieros de otra, lo que provoca una dependencia total. En el contexto bancario, esta coerción se materializa cuando los clientes se ven obligados a aceptar productos financieros bajo condiciones que no comprenden completamente, o cuando el endeudamiento crónico les impide salir de una situación de abuso.

Muchas personas en España sufren en silencio, sin denunciar ni reclamar sus derechos, debido a una indefensión aprendida. Este concepto, desarrollado por el psicólogo Martin Seligman, explica cómo las personas, tras experimentar una serie de fracasos en sus intentos de mejorar su situación, terminan por creer que no tienen control sobre su destino, resignándose a su situación. Esto es particularmente cierto en el caso de las víctimas de la violencia financiera, que a menudo sienten que no pueden hacer nada frente a los grandes bancos.

Foto de archivo de Respeta, coordinador de Respeta, actual coordinador de Igual Dignidad, con compañera de la PAH
Plaza Sol Madrid. Septiembre 2017

Un ejemplo claro es el caso de las víctimas de desahucios. Desde 2008, más de 600,000 ejecuciones hipotecarias han dejado a familias enteras sin hogar, muchas de ellas sin comprender plenamente sus derechos o las alternativas legales disponibles para frenar el proceso. A pesar de los esfuerzos de plataformas como la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), muchas personas siguen sin denunciar su situación, por miedo a represalias o por falta de conocimiento sobre los recursos a su disposición.

¿Por qué no se denuncian estos abusos?

El principal obstáculo que impide que muchas personas denuncien los abusos financieros es el desconocimiento. A pesar de los avances en la legislación y el creciente número de sentencias favorables a los consumidores, muchas víctimas de la violencia financiera no son conscientes de que tienen derecho a reclamar. Además, el sistema bancario sigue siendo percibido como una estructura compleja y poco accesible, lo que disuade a muchos de iniciar acciones legales.

Otro factor que contribuye a esta falta de denuncias es el miedo al coste emocional y financiero de enfrentarse a un banco. Muchas personas creen que iniciar un proceso judicial contra una entidad financiera es largo, costoso y con pocas probabilidades de éxito, lo que las lleva a desistir antes de comenzar.

No obstante, organizaciones de consumidores y despachos de abogados especializados en derecho bancario han demostrado que los bancos suelen perder la mayoría de estos litigios, y que las reclamaciones pueden llevar a la devolución de miles de euros en intereses abusivos o comisiones indebidas. Desde el Banco de España se insiste en la necesidad de que los consumidores conozcan sus derechos y utilicen las herramientas a su disposición para reclamar cuando detecten prácticas abusivas.

Consecuencias de la violencia financiera

Las consecuencias de la violencia financiera van más allá del impacto económico. Muchas de las víctimas desarrollan problemas de salud mental debido al estrés crónico causado por su situación de deuda. La presión constante para pagar, combinada con la sensación de estar atrapado, lleva a muchas personas a sufrir ansiedad, depresión e incluso a considerar el suicidio. Según distintas fuentes, en 2021 se registraron 180 casos de suicidio en España relacionados con problemas financieros.

Es fundamental que las personas en esta situación comprendan que no están solas. Distintas organizaciones como la Plataforma Igual Dignidad trabajamos para ayudar a acabar con esta lacra.

Nuestra propuesta desde el
Observatorio contra la Violencia - Igual Dignidad

Para aquellos que han sido víctimas de violencia financiera, es fundamental saber que existen mecanismos para reclamar. Desde el Observatorio Contra la Violencia Igual Dignidad ofrecemos asesoramiento de por dónde puedes hacerlo.

Iniciar una reclamación no solo permite recuperar el dinero perdido, sino que también contribuye a crear conciencia sobre esta forma de violencia y a generar un cambio en las prácticas bancarias abusivas. Por ello, es crucial que las personas afectadas rompan con la indefensión aprendida y se atrevan a reclamar sus derechos.

 

¿Cómo denunciar la violencia financiera?

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¿Cómo acabar con la violencia financiera?

Fomentar el conocimiento de las personas en este tipo de agresiones

Crear una mayor unidad de la ciudadanía ante  las agresiones.

Crear red de personas físicas y jurídicas 

Ayudar a las víctimas a denunciar

Con grupos de apoyo a las víctimas de estos hechos

Creación de guías y protocolos que nos ayudan al empoderamiento de la ciudadanía. En La Plataforma Igual Dignidad te damos formación en Educación Financiera, no solo que acabes con tus deudas, además formarte para no volver a caer en ellas.

Con el objetivo de la disminución de este tipo de agresiones.

Para  conseguir este fin, te necesitamos a ti, si, a ti. Si sabes que haya ocurrido este tipo de delitos, ayudanos a registrarlo. 

Si conoces de casos, comparte nuestra propuesta en redes para llegar a más personas. Entre todas las personas, acabemos con la Violencia Financiera

Compromiso con todos los Barrios de España.

En resumen, la violencia financiera en España es un problema real y cada vez más visible, aunque aún existen barreras importantes que impiden que muchas víctimas denuncien. Con información, apoyo y la toma de conciencia, es posible frenar este tipo de abusos y mejorar la situación de las personas afectadas.

Aunque nuestro observatorio nace en este aspecto para Chueca a Lavapiés, es decir la zona centro de la capital de España. Nuestros estatutos parten del principio de solidaridad de la Constitución Española, es decir al menos para los fundadores de esta asociación, nuestra plataforma nace desde y para la solidaridad entre toda la ciudadanía de España y fuera de nuestras fronteras. Ayudarnos desde el Apoyo Mutuo a combatir la violencia con las herramientas que ofrece el estado de derecho.